Ruta de las Ermitas

 

  • Descripción: 
    La Ruta comienza en la Puebla de Santa María de Guadalupe en dirección a la calle Gregorio López. Continuaremos por la Calle Poeta Ángel Marina y Avda. Juan Pablo II. Al final encontraremos un camino de tierra a mano derecha por el que da comienzo la ruta. Tras esta bajada, se atraviesa el viaducto de Guadalupe: puente construido a mediados del siglo XX y dentro de lo que eran las obras del ferrocarril. Estas no llegaron a su fin y la vía quedó inutilizada. Actualmente es parte del trazado del Camino Natural de las Villuercas, perteneciente al Ministerio del MAPA.
    Desde el Viaducto se dispone de una panorámica del Pico de la Villuerca y, debajo del viaducto, discurre el Río Guadalupejo, Corredor Ecológico y de Biodiversidad protegido por Red Natura 2000. El recorrido atraviesa campos de olivos y viñas de los cuales se obtiene aceite y vino local. Llegaremos al Puente del Palomo y, tras atravesarlo por debajo, abandonaremos este llano recorrido para iniciar la subida a la ermita de San Blas a través de campos de castaños y olivos. Llegaremos a un cruce donde divisaremos la ermita a la izquierda a una veintena de metros. Esta ermita, restaurada en 1945, fue construida en el siglo XV de estilo gótico. El día 03 de febrero se realiza la Romería de San Blas, fecha señalada con comidas tradicionales y juegos al aire libre.
    La ruta continua a la derecha de la ermita por el camino de Vallehermoso. Se alterna de castaños a bosques de pinos y de zarzas a jaras. Posteriormente se divisa la ermita de Santa Catalina. Construcción de estilo gótico del siglo XVI. Mandada construir por el prior jerónimo Fray Juan de Siruela. El camino continua junto con el trazado de la Ruta de Isabel la Católica (PR-CC 242). Se inicia la bajada entre pinares y madroños para llegar al Puente de Cañamero y, tras cruzarlo, se llega a la Carretera CC-171. Tendremos que recorrer 20 metros por una vereda a la izquierda de la carretera y atravesar la carretera para ascender por un camino asfaltado hasta Guadalupe atravesando por medio la fuente del Piojo. Esta fuente le debe su nombre a los peregrinos y visitantes que en otras épocas utilizaban de aseo. El trayecto continua por la calle Ventilla, el Arco del Tinte y la Calle de la Cruz antes de terminar frente al Monasterio de Guadalupe, Patrimonio de la Humanidad.